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viernes, 19 de abril de 2024

TU MIRADA

 ISAÍAS 18:4 Porque Jehová me dijo así: Me estaré quieto y los miraré desde mi morada.

Isaías lo escribió hace aproximadamente 2.700 años, pero recordemos que Dios es el mismo, en Él no hay variación, ayer, hoy y siempre es el mismo (Santiago 1:17, Hebreos 13:8), Dios nos mira siempre y Dios mira a TODOS.

Sobre la forma de mirar, el versículo nos indica el "como" (quieto) y desde "donde" (su morada)

Mirar a alguien estando quieto no quiere decir que Dios no tiene otra cosa que hacer, Jesús dijo en Juan 5:17 "mi Padre hasta ahora trabaja y yo trabajo". "Quieto", significa que nos mira con atención y con intención. Lo hemos hecho en nuestra vida cotidiana, a veces nos miran así y es una mirada que se puede sentir. Dios quiere llamar nuestra atención para bendecirnos, pero a veces estamos tan ocupados en nuestras cosas, nuestras metas, nuestros problemas, que no nos damos cuenta. Otras veces nos hacemos los distraídos porque sabemos que su mirada nos examina y conoce hasta las intenciones de nuestro corazón, pero no queremos o no podemos dejar de hacer o comenzar a hacer lo que es su voluntad. Nuestra propia voluntad a veces resulta mas atractiva.

Dios nos mira desde su morada, el concepto de morada se refiere al lugar de residencia permanente, para entender la grandeza de Dios, 1° Reyes 8:27 dice "los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener" y en Hechos 7:49 "el cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies". Resulta emocionante saber que alguien tan grande nos mire con atención y siempre, desde su morada.

Su mirada es una mirada de gracia, dispuesta a darnos todo sin merecer nada, una mirada de misericordia, porque está dispuesta cada mañana a darnos su perdón y una nueva oportunidad, una mirada de amor, ese amor eterno y perfecto que hizo posible que Cristo tome nuestro lugar en la cruz y una mirada de espera, porque anhela nuestra salvación y espera nuestra respuesta. 

El nos mira desde su morada, si aceptamos a Cristo como Señor en nuestra vida, si disponemos nuestro corazón a conocerlo y hacer su voluntad, esa morada es nuestro destino eterno, Jesús dijo en Juan 14:2 "En la casa de mi padre hay muchas moradas, voy a preparar lugar para vosotros"

lunes, 15 de abril de 2024

PLENITUD DE GOZO

 SALMO 16:11 - Me mostrarás la senda de la vida, en tu presencia hay plenitud de gozo

Que poder de síntesis, en pocas palabras, el salmista nos cuenta su experiencia y nos muestra como alcanzar la pretensión que los corazones anhelan: gozo, plenitud, guía segura y presencia de Dios.

El gozo nos da bienestar integral, la plenitud es la máxima expresión de algo, la plenitud de gozo es el estado emocional, mental y hasta físico que nos hace sentir felicidad y nos predispone a disfrutar la vida, porque en este caso, es el gozo que no depende de las circunstancias que atravesamos.

Esa plenitud de gozo solo es posible en la presencia de Dios, porque cualquier otra circunstancia es solo un estímulo, y el pretendido gozo desaparece cuando acaba el estímulo. Presencia de Dios no es "ir a la iglesia" solamente, es tener una relación íntima y permanente con Dios, y un corazón dispuesto a escuchar y obedecer.

En ese estado, vemos con certeza y claridad la senda que Dios tiene para nuestra vida, porque Cristo es el camino, su abrazo de amor y misericordia nos da plenitud de gozo. 

viernes, 19 de enero de 2024

¿QUE ESTOY MIRANDO?

Salmo 32:8 Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar, sobre ti fijaré mis ojos


 Es la pregunta que el Señor me hizo hoy: ¿Qué estas mirando?, me dijo. Comencé a buscar la respuesta, entendí la diferencia entre "ver" y "mirar". Ver es el uso del sentido de la vista, percibir con los ojos es ver, basta con tener los ojos abiertos para ver, es un acto inconsciente. 

Mirar  es prestar atención a lo que percibo con la vista, es un acto consciente y deliberado, para mirar ejercemos nuestra voluntad. Solo miramos lo que queremos mirar.

Cuando dos miradas se encuentran suceden cosas, así nacen sentimientos, acuerdos, conversaciones, nace la confianza, por eso resulta difícil hablar con alguien que no nos mira.

El Salmo 32:8 dice "Sobre ti fijaré mis ojos, te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar"

El Salmo 33:14-15 dice: "Desde el lugar de su morada, miró todos los moradores de la tierra, él formó el corazón de todos ellos, atento está a todas sus obras"

1° Samuel 16:7 dice que "Jehová no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.

Entonces, sobre la mirada de Dios sobre nosotros podemos entender:

1° - Dios mira a todos

2° - Nos mira con atención, con una mirada fija sobre nosotros

3° - Nos mira con propósitos, hacernos entender y enseñarnos.

4°- Nos mira profundamente porque mira nuestro corazón.

5° Nos mira siempre.

Pero... debe producirse ese encuentro de miradas, su mirada sobre mí y mi mirada hacia el Señor, de allí la pregunta: ¿Qué estoy mirando? Me sorprendí mirando los problemas: los míos y de otros, de la sociedad, la economía, la globalización y las redes ayudan a mirar lo que nos rodea y nos llenamos de preocupación, temor, angustia, miramos nuestra enfermedad, nuestra necesidad.

Hebreos 12:2 dice que debemos tener puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe y el Salmo 121 dice que debo alzar mis ojos de los montes, mi socorro viene de Jehová. 

Cuando ponemos los ojos en Jesús, miramos plenamente su rostro y las cosas terrenales pierden valor, porque miramos lo eterno y ello no significa que olvidemos nuestros problemas, sino que confiamos esos problemas al Señor. Lo eterno no es lo que viene, lo eterno ya comenzó, Juan 17:3 dice Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado"

Levanté mi mirada y encontré la suya puesta sobre mí, como lo prometió en su Palabra y así pude dejar a sus pies todas mis cargas, mis preocupaciones, mis angustias, confiado en que el es quien me enseñará el camino en que debo andar, el cuidará de mi, porque para Dios no hay nada imposible.

Gracias Señor, porque cuando fijo mis ojos en Ti, encuentro tu mirada sobre mí, no hay nada mejor que eso.

miércoles, 1 de diciembre de 2021

VEN A SACIAR TU SED

 Salmo 42:1-2: Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?

Este Salmo atribuido a David nos presenta a una persona en un momento difícil de su vida, se nota que no duda porque mantiene firme su fe en el Dios vivo, pero lucha con sus temores, anhelando la renovación de la divina presencia de Dios en su corazón. Es una confesión sincera de su estado de necesidad, con la certeza de que su fe será satisfecha por Dios.

Solemos llegar a fin de año cansados, atribulados por la situación social, económica, hasta política de la realidad que nos circunda, nos sentimos sin fuerzas a veces, pero el salmista nos muestra la forma en que podemos superar ese estado tan común en las personas cuando se acerca el fin de un año.

A. SED DE DIOS: El salmista reconoce que tiene sed de Dios, utiliza una metáfora comparando la necesidad de un ciervo que brama de sed de agua con una persona que tiene sed Dios (versículo 1). Esa sed en nuestra vida tiene tres características:

1.      ES UNA NECESIDAD: Si un animal como el ciervo no toma agua, se muere luego de agonizar dolorosamente, por eso es necesario que beba, nuestra sed espiritual debe ser satisfecha para tener vida, Jesús dijo “más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna (Juan 4:14)”. Es necesario que bebamos el agua que solo Jesucristo nos puede dar, acéptalo en tu corazón y bebe de su agua abundante.

2.      ES URGENTE: La sed es un síntoma natural que se caracteriza por esas “ansias” por beber líquidos. Esta sensación no es más que un mecanismo de defensa que nuestro cerebro utiliza para que pongamos atención al nivel de agua que tenemos en nuestro cuerpo. Cuando hemos conocido a Dios, pero estamos ocupados en “nuestros asuntos terrenales” y descuidamos nuestra relación con Dios, nuestra alma tiene un mecanismo similar y nos hace sentir esa necesidad de buscar saciar nuestra sed espiritual.

3.       ES PRIORITARIO: La sed de agua produce una sensación de prioridad por conseguir agua, debo beber para poder continuar con lo que estoy haciendo, la sed de Dios debe serlo de igual manera, no dejes de beber el agua que el Señor nos dará si la buscamos como prioridad, solo así nuestra alma tendrá paz y gozo.

B.  DIOS VIVO: El salmista reconoce que tiene sed de Dios, pero hace un énfasis en que es un Dios vivo, eso nos muestra lo siguiente:

1.      DIOS ES ACTIVO: Nuestro Dios se relaciona con el hombre y actúa, nuestro Señor Jesucristo afirma en Juan 5:17 “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”

2.       DIOS PRESENTE: Por eso podemos vivir seguros al amparo de Dios, Él es el brazo fuerte que nos sostiene en los momentos difíciles de nuestra vida, nos mira con una sonrisa que despierta confianza, como una mano poderosa que nos hace reposar. Dios dice en Josué 1:9 “no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas”

C. VENDRÉ Y ME PRESENTARÉ DELANTE DE DIOS: Ir hacia un lugar significa establecer prioridades y dejar lo que estoy haciendo para ir ante la presencia de Dios. No es ir a un lugar físico como el templo, o una acción buena del día a favor de un necesitado. Presentarse delante de Dios es una actitud permanente de tener a Dios presente en cada decisión, teniendo su palabra como guía, estar en su presencia a través de la oración. Es mirar con los ojos de Cristo, mirando a Dios primero, a la necesidad de la gente, con disposición de tender una mano con amor.

Podemos acercarnos a Dios, él nos invita, dice Hebreos 4:16 “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.

Sacia hoy tu sed.

martes, 9 de febrero de 2021

CRECIENDO EN LA AFLICCIÓN

 Job 42:1-6

42 Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, Y me arrepiento en polvo y ceniza.

En el capítulo 1 Job aparece como un padre piadoso, ministrando como sacerdote a su familia, hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, próspero. ¿Qué mas pedirle a la vida?, en apariencia ya había llegado a su techo y si trasladamos esa situación a la actualidad, podría decirse que había llegado a un estado en el cual solo le quedaba disfrutar lo que había logrado en la vida.

Pero sobreviene a su vida una situación inesperada, todas las calamidades juntas que en un momento comienzan a agotar su paciencia y expresa su queja (capítulo 3), sus amigos, con quienes discute Job, sostienen que su sufrimiento es el resultado del pecado personal, pero Job se defiende y sostiene su inocencia, pero cuando el Señor le habla, recién entiende Job los propósitos de Dios para su vida.

Vemos en Job 42:1-6 el proceso que hace crecer a Job:

“Job respondió”(42:1), dos palabras que muestran mucho: 

1. Que Dios toma la iniciativa y siempre nos habla. 

2. Que Job escuchó la voz de Dios. 

3. Que Job consideró y respondió. 

Cuando todo nos va bien, en nuestra soberbia solemos creer que es mérito nuestro y a veces el éxito provoca que dejemos de escuchar la voz de Dios y nos conformemos con nuestro buen pasar, pero Dios siempre tiene algo más para el crecimiento de sus hijos.

“Job reconoció”(42:2-6): cuando escuchó la voz de Dios, reconoció su Omnipotencia y su Omnisciencia, pudo conocer cosas que al parecer no sabía o no comprendía. A veces no conocemos lo suficiente a Dios y por eso no confiamos, nuestra fe es débil. También Job reconoció que había hablado sin entender de cosas que son demasiado maravillosas, pero que estaba dispuesto a buscar, a escuchar para aprender, confiado en que Dios le enseñará.

Había tenido una búsqueda superficial, ahora puede ver más profundamente al Señor y por eso se arrepiente de su conducta anterior. Job creció en Dios.

Dios siempre me habla, debo escuchar y responder, así podré conocer las profundas riquezas de la sabiduría de Dios, entender sus propósitos, ser enseñado y podré ver la gloria de Dios en mi vida. Job pasó un proceso doloroso para perfeccionar su carácter y entender lo que Dios le quería decir, Dios nos perfecciona en su camino aun en la adversidad.

Que podamos decir cada día como Job: "más ahora mis ojos te ven", con la certeza de Job "te hablaré, te preguntaré y tú me enseñarás". Dios te bendiga

domingo, 16 de agosto de 2020

ESFUÉRZATE, COBRAD ÁNIMO Y TRABAJAD

Hageo 2:4 Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate  también, Josué, hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad, porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos.

La infidelidad del pueblo de Israel, que fue en pos de dioses ajenos, sirviendoles y adorándoles (Jeremías 25:7), tuvo como consecuencia el cautiverio en Babilonia que duró 70 años y la destrucción del templo que había sido construido por Salomón. Ello fue profetizado por Jeremías (Jeremías 25:11-14), Dios prometió por medio del mismo profeta (Jeremías 29:10) que cumplidos los 70 años de cautiverio, los visitaría y despertaría en ellos su buena palabra para hacerlos volver de la cautividad.

Ciro el grande, rey de Persia, permitió a los judíos volver a su patria y reconstruir el templo, iniciándose la obra con gran entusiasmo, pero al morir el rey, fue sucedido por Cambises, quien detuvo la construcción. Por años cesó la reconstrucción del templo, el pueblo de Israel se dedicó a sus asuntos y a embellecer sus propias casas, olvidando el propósito de reconstruir el templo (Hageo 1:6 y 9)

En los días del rey Darío, alrededor del 521 A.C. (Hageo 1:1), Dios exhorta al pueblo de Israel que recapacite sobre sus caminos (1:5 y 7), porque trabajaba duro en sus campos y en sus casas, pero esto no los llevaba a ninguna parte (1:6). La solución a sus problemas estaba en poner a Dios primero en sus vidas, el propósito inicial de reedificar el templo traería bendiciones (1:8-9).

El mensaje de Hageo surtió efecto, el pueblo reanudó la construcción y el templo fue terminado. Dios prometió que Él estaría con su pueblo (2:4) y llenaría el templo con su gloria (2:7) y esa gloria será mayor que la del primer templo (2:9). El templo de Salomón había sido lleno de oro y plata pero el nuevo templo sería más glorioso por la presencia y bendición de Dios. ASÍ OBRA DIOS EN LA VIDA DE SUS HIJOS.

En Hageo 2:4 el Señor le dice a Zorobabel, gobernador de Judá y Josué sumo sacerdote, como líderes en ese momento y al pueblo de Israel, que trabajen en la reconstrucción del templo, indicándole la manera de trabajar para tener éxito:

1. ESFUÉRZATE: No con sus propias fuerzas, sino con la fortaleza de Dios, Isaías 41:10 dice: “Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tú Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.”. Cuando confiamos en nuestra propia fuerza, seguro fracasamos.

2. COBRAD  ÁNIMO: Deuteronomio 31:6 dice “Esforzaos y cobrad ánimo… porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará”. Cobrar ánimo significa “recuperar” el ánimo y está dirigido a quien está desanimado. En Deuteronomio el pueblo estaba desanimado por la cercana muerte de Moisés, en Hageo por el cautiverio y la prohibición de construir el templo. La promesa y la fidelidad de Dios de que está con nosotros siempre, no nos desampara ni nos deja, nos hace cobrar ánimo.

3. TRABAJAD: la falta de fuerzas y el desánimo nos paralizan, nos hacen desistir de cualquier empresa, nos hace pesimistas, cuando nos esforzamos en Dios, cobramos ánimo y trabajamos para su gloria con entusiasmo, optimismo, sin desmayar.

Esta pandemia nos puso en cautiverio, encerrados y con temor, nos quiere dejar sin fuerzas, los policías están trabajando sobre esforzados, con recargos, falta de colaboración social, tensión permanente por el temor al contagio, alejamiento de la familia, desatención a los seres queridos, incertidumbre sobre los tiempos que durará el esfuerzo. Todo ello provoca desánimo y a veces nos quedamos sin fuerza para encarar el servicio diario. Dios te dice ahora, como le dijo al pueblo de Israel en su momento, ESFUERZATE, COBRAD ÁNIMO Y TRABAJAD, yo estoy contigo, no te dejaré ni te desampararé. La sociedad te necesita, confía en la promesa de Dios y busca refugio en Él.

lunes, 27 de julio de 2020

EN EL LUGAR CORRECTO


Salmo 139:5-9: Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender. ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú;Y si en el seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.

La imagen de la Institución Policial depende del desempeño de sus integrantes, si éstos cumplen con sus obligaciones, se obtienen reconocimiento y credibilidad social, en cambio, si un policía transgrede la ley se deteriora dicha credibilidad. La imagen de policías involucrados en hechos delictivos, sea por corrupción o abusos, trasciende mucho más que cualquier buen desempeño y hay una tendencia social de generalizar estos actos, construyendo una idea de que la Policía es una institución oscura, donde abundan las malas conductas.
Incluso algunos policías sufren su permanencia en la Institución, temerosos de que esa “oscuridad” los salpique, considerando que la Policía es un lugar difícil para un cristiano. A veces da la impresión de que piensan que Dios “se equivocó” cuando lo puso a trabajar allí.
Todos tuvimos la impresión, en alguna oportunidad de la carrera, de que Dios nos puso allí y se olvidó de nosotros, que nos quedamos solos y no sabemos cómo salir, rodeados de oscuridad e incertidumbre, lo cual provoca temor y a veces angustia,
El rey David reflexiona sobre la omnipresencia de Dios en el Salmo 139:7, con una pregunta retórica “¿A dónde huiré de su presencia?”, el mismo responde refiriéndose a puntos extremos “si subiere a los cielos”, “si descendiere a la tumba”, “allí estás tú”. Dios está en todos lados, también en el lugar donde desempeña su tarea el policía, aún más, nos deja la hermosa realidad del versículo 10 “aún allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra”
Cuando estés pasando por esos momentos, recuerda que la mano de Dios te guía, como dice el Salmo 23:3, “por sendas de justicia por amor de su nombre” y su diestra te sostiene. La fidelidad de Dios es tal, que aunque nos olvidemos de Él y tratamos de caminar solos en medio de nuestras aflicciones, nos promete en Oseas 11:3 “yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos y no conoció que yo le ayudaba”. Recuerda todas las veces que tus fuerzas flaquearon y sentiste que no dabas más, te levantaste porque Dios te tomó de los brazos como quien hace caminar un bebé y en ese momento no te diste cuenta que era Dios quien te llevaba, porque “Jehová va delante de ti, el estará contigo, no te dejará, ni te desamparará, no temas ni te intimides” (Deuteronomio 31:8)
No es casualidad, no fue equivocación, Dios te pensó policía desde antes de la fundación del mundo, Él está contigo siempre. Que el Señor te bendiga.