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miércoles, 1 de diciembre de 2021

VEN A SACIAR TU SED

 Salmo 42:1-2: Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?

Este Salmo atribuido a David nos presenta a una persona en un momento difícil de su vida, se nota que no duda porque mantiene firme su fe en el Dios vivo, pero lucha con sus temores, anhelando la renovación de la divina presencia de Dios en su corazón. Es una confesión sincera de su estado de necesidad, con la certeza de que su fe será satisfecha por Dios.

Solemos llegar a fin de año cansados, atribulados por la situación social, económica, hasta política de la realidad que nos circunda, nos sentimos sin fuerzas a veces, pero el salmista nos muestra la forma en que podemos superar ese estado tan común en las personas cuando se acerca el fin de un año.

A. SED DE DIOS: El salmista reconoce que tiene sed de Dios, utiliza una metáfora comparando la necesidad de un ciervo que brama de sed de agua con una persona que tiene sed Dios (versículo 1). Esa sed en nuestra vida tiene tres características:

1.      ES UNA NECESIDAD: Si un animal como el ciervo no toma agua, se muere luego de agonizar dolorosamente, por eso es necesario que beba, nuestra sed espiritual debe ser satisfecha para tener vida, Jesús dijo “más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna (Juan 4:14)”. Es necesario que bebamos el agua que solo Jesucristo nos puede dar, acéptalo en tu corazón y bebe de su agua abundante.

2.      ES URGENTE: La sed es un síntoma natural que se caracteriza por esas “ansias” por beber líquidos. Esta sensación no es más que un mecanismo de defensa que nuestro cerebro utiliza para que pongamos atención al nivel de agua que tenemos en nuestro cuerpo. Cuando hemos conocido a Dios, pero estamos ocupados en “nuestros asuntos terrenales” y descuidamos nuestra relación con Dios, nuestra alma tiene un mecanismo similar y nos hace sentir esa necesidad de buscar saciar nuestra sed espiritual.

3.       ES PRIORITARIO: La sed de agua produce una sensación de prioridad por conseguir agua, debo beber para poder continuar con lo que estoy haciendo, la sed de Dios debe serlo de igual manera, no dejes de beber el agua que el Señor nos dará si la buscamos como prioridad, solo así nuestra alma tendrá paz y gozo.

B.  DIOS VIVO: El salmista reconoce que tiene sed de Dios, pero hace un énfasis en que es un Dios vivo, eso nos muestra lo siguiente:

1.      DIOS ES ACTIVO: Nuestro Dios se relaciona con el hombre y actúa, nuestro Señor Jesucristo afirma en Juan 5:17 “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”

2.       DIOS PRESENTE: Por eso podemos vivir seguros al amparo de Dios, Él es el brazo fuerte que nos sostiene en los momentos difíciles de nuestra vida, nos mira con una sonrisa que despierta confianza, como una mano poderosa que nos hace reposar. Dios dice en Josué 1:9 “no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas”

C. VENDRÉ Y ME PRESENTARÉ DELANTE DE DIOS: Ir hacia un lugar significa establecer prioridades y dejar lo que estoy haciendo para ir ante la presencia de Dios. No es ir a un lugar físico como el templo, o una acción buena del día a favor de un necesitado. Presentarse delante de Dios es una actitud permanente de tener a Dios presente en cada decisión, teniendo su palabra como guía, estar en su presencia a través de la oración. Es mirar con los ojos de Cristo, mirando a Dios primero, a la necesidad de la gente, con disposición de tender una mano con amor.

Podemos acercarnos a Dios, él nos invita, dice Hebreos 4:16 “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.

Sacia hoy tu sed.

martes, 9 de febrero de 2021

CRECIENDO EN LA AFLICCIÓN

 Job 42:1-6

42 Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, Y me arrepiento en polvo y ceniza.

En el capítulo 1 Job aparece como un padre piadoso, ministrando como sacerdote a su familia, hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, próspero. ¿Qué mas pedirle a la vida?, en apariencia ya había llegado a su techo y si trasladamos esa situación a la actualidad, podría decirse que había llegado a un estado en el cual solo le quedaba disfrutar lo que había logrado en la vida.

Pero sobreviene a su vida una situación inesperada, todas las calamidades juntas que en un momento comienzan a agotar su paciencia y expresa su queja (capítulo 3), sus amigos, con quienes discute Job, sostienen que su sufrimiento es el resultado del pecado personal, pero Job se defiende y sostiene su inocencia, pero cuando el Señor le habla, recién entiende Job los propósitos de Dios para su vida.

Vemos en Job 42:1-6 el proceso que hace crecer a Job:

“Job respondió”(42:1), dos palabras que muestran mucho: 

1. Que Dios toma la iniciativa y siempre nos habla. 

2. Que Job escuchó la voz de Dios. 

3. Que Job consideró y respondió. 

Cuando todo nos va bien, en nuestra soberbia solemos creer que es mérito nuestro y a veces el éxito provoca que dejemos de escuchar la voz de Dios y nos conformemos con nuestro buen pasar, pero Dios siempre tiene algo más para el crecimiento de sus hijos.

“Job reconoció”(42:2-6): cuando escuchó la voz de Dios, reconoció su Omnipotencia y su Omnisciencia, pudo conocer cosas que al parecer no sabía o no comprendía. A veces no conocemos lo suficiente a Dios y por eso no confiamos, nuestra fe es débil. También Job reconoció que había hablado sin entender de cosas que son demasiado maravillosas, pero que estaba dispuesto a buscar, a escuchar para aprender, confiado en que Dios le enseñará.

Había tenido una búsqueda superficial, ahora puede ver más profundamente al Señor y por eso se arrepiente de su conducta anterior. Job creció en Dios.

Dios siempre me habla, debo escuchar y responder, así podré conocer las profundas riquezas de la sabiduría de Dios, entender sus propósitos, ser enseñado y podré ver la gloria de Dios en mi vida. Job pasó un proceso doloroso para perfeccionar su carácter y entender lo que Dios le quería decir, Dios nos perfecciona en su camino aun en la adversidad.

Que podamos decir cada día como Job: "más ahora mis ojos te ven", con la certeza de Job "te hablaré, te preguntaré y tú me enseñarás". Dios te bendiga