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sábado, 6 de junio de 2020

NO SE DUERME EL QUE ME CUIDA

"No puedo hoy, estoy de guardia y mañana tengo adicional, si no tengo recargo pasado mañana, nos juntamos...". Esta situación es común en la vida de un policía.

Cuando decimos "mi guardia", nos referimos al grupo de policías cuya función es vigilar una persona, una cosa, un territorio. Cuando estamos "de guardia", estamos atentos a lo que pasa, preparados para lo que puede pasar, listos para intervenir en favor de a vida, la integridad física, la seguridad, los derechos y los bienes de la sociedad. Es la acción de guardar, vigilar, tener cuidado de algo para defenderlo

Loable misión del policía, pero las jornadas extendidas de trabajo (guardia, adicional, recargo), producen cansancio. Estudios científicos demuestran que los trabajos en turnos de día y de noche alternados perturban el ciclo normal de sueño-vigilia, el sueño insuficiente produce fatiga excesiva, somnolencia durante la noche o por la mañana temprano, alteración del rendimiento, disminución del estado de alerta, falta de atención, reacciones lentas. Le ponemos actitud y responsabilidad a nuestra tarea, pero el cansancio es el resultado de una situación fisiológica y a veces fallamos... y nos dormimos o nos descuidamos.

¿Y a mí quien me cuida?

El Salmo 121 nos da la respuesta

1 Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?

2 Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.

3 No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda.

4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel.

5 Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha.

6 El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche.

7 Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma.

 8 Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre

Nos cuida el creador del cielo y de la tierra, el que hizo los montes, Dios es nuestro guardador

Una de las características más sobresalientes de nuestro guardador se repite 2 veces en el Salmo

ü  No se dormirá el que te guarda (vs. 3)

ü  He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda Israel (vs. 4)

¡Gloria a Dios! Él es quien me cuida, Él es quien está de guardia sobre mi vida, y Él no se duerme ni se adormece como nosotros, por eso debemos tener la seguridad de que cuando surjan peligros, estamos a salvo, porque nuestro guardia está siempre despierto, siempre atento y Él no permitirá que seamos sorprendidos. Que privilegio ser cuidados por Dios. Si ponemos nuestra vida en sus manos nos guardará para que no nos descarriemos, no caigamos, no tropecemos porque Dios será nuestro escudo, nuestro escondedero, nuestro refugio, nuestra torre fuerte

Sombra a tu mano derecha (vs. 5) implica presencia y protección permanente y el final del Salmo nos asegura  que esta protección es continua y perfecta “desde ahora y para siempre”.

Si aún no conoces al Dios guardador de sus hijos, debes saber que Él te ama y te busca, Dios siempre da el primer paso, Él se da a conocer a nuestra vida y por gracia envió a su Hijo Primogénito Jesús para que lleve nuestros pecados muriendo en una cruz, pero resucitando al tercer día y ascendiendo a la diestra del Padre a preparar lugar para aquellos que creen en Él. Juan 1:12 dice: “a todos los que recibieron, a los que creen en su nombre les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios”. Recibe a Jesús  y disfruta del cuidado de Dios.