Recordemos nuestro ingreso a la Institución Policial, nuestro proceso de aprendizaje. El
policía tiene una formación teórica-práctica. Adquiere los conocimientos en el
aula y completa el aprendizaje recreando situaciones reales en el campo de
instrucción, de modo que todo su ser, no solo su intelecto, se enfrente a una situación
problemática que debe solucionar. La práctica consolida, integra y amplia
capacidades y saberes, pues ponen en contacto al estudiante con situaciones
reales de trabajo para vincular la formación académica con el trabajo real que
deberá hacer.
Quiero
compartir una porción del relato de la alimentación de los cinco mil narrado en
el evangelio de San Juan 6:5-11
Alimentación
de los cinco mil.
5 Cuando
alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe:
¿De dónde compraremos pan para que coman éstos? 6 Pero esto
decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer. 7 Felipe
le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de
ellos tomase un poco. 8 Uno de sus discípulos, Andrés, hermano
de Simón Pedro, le dijo: 9 Aquí está un muchacho, que tiene
cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? 10 Entonces
Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se
recostaron como en número de cinco mil varones. 11 Y tomó Jesús
aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y
los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto
querían.
Podemos
ver en la Biblia que los Apóstoles convivieron con Jesús, aprendieron
escuchándole, pero no fue solo una instrucción teórica, sino que fueron
llevados a situaciones reales para vivir la experiencia que Jesús quería
enseñarles, como dice Isaías 1:17 Aprended a hacer el bien, los
discípulos estaban aprendiendo a hacer el bien del maestro perfecto. Podemos ver un proceso de aprendizaje similar al nuestro.
Observemos
el versículo 5, Jesús les planteó la situación problemática “¿De dónde sacar
pan para alimentar a cinco mil hombres? Con mujeres y niños se estima que había
un mínimo de 15.000 personas, una gran multitud.
De
inmediato, el versículo 6 nos muestra la intención de Jesús “les decía para
probar a los discípulos”. Recordemos que los discípulos ya había visto milagros
hechos por Jesús y habían tenido ocasión de escuchar sus enseñanzas a diario, ya
sabían del poder de Jesús y ahora
estaban en el “campo de instrucción” para reafirmar lo que habían aprendido.
¿Cuál fue la respuesta de los discípulos?
1.
Si vemos el pasaje paralelo de Mateo 14:15 los discípulos propusieron “despide
a la multitud para que vayan por las aldeas y compren para comer”
2.
En el versículo 7 de Juan 6 dice que Felipe respondió “Doscientos denarios de pan no bastarían
para que cada uno de ellos tomase un poco.”
3.
Andrés (versículo 8) vio los cinco panes y dos pececillos, pero dijo “¿qué
es esto para tantos?
Los
discípulos vieron primero los problemas, dar de comer a 15.000 personas
humanamente era imposible y pensaron en sus propios recursos, que evidentemente
eran pocos. Pero la lección que debían aprender era la fe, que estaba siendo
probada, ya habían visto las anteriores señales de Jesús y escuchado sus
enseñanzas, era el momento de ver más allá de sus propias fuerzas.
Cuando
Dios prueba nuestra fe está ayudándonos a crecer, madurar y desarrollarnos
espiritualmente. Jesús les mostró a sus discípulos que tenía una salida, en el
versículo 6 dice que Jesús “Sabía lo que había que hacer” Dios siempre tiene un plan y una solución.
Muchas
veces no vemos la salida porque enfocamos nuestra atención en el problema y
nuestros recursos humanos y dejamos de mirar al Señor y sus recursos
ilimitados.
Jesús
les mostró la solución, recostar a las personas, tomar los dos panes y cinco
pececillos y repartir entre las personas que se saciaron. Los discípulos
obedecieron a Jesús y la obediencia, que es fruto de su fe, obró el milagro.
Cuando la fe y la obediencia van de la mano, vemos grandes obras de Dios.
Las
pequeñas cosas que somos y tenemos, en manos de Dios se transforman en grandes
maravillas. Su gracia no se manifiesta por méritos humanos, sino por su
naturaleza misericordiosa hacia nosotros.
Cuantas
veces nos paramos como los discípulos ante una situación semejante, cuantas
veces vemos a la Institución Policial, a nuestros camaradas, a las personas que
asistimos, como si fueran 15.000 para alimentar y vemos nuestros escasos
recursos y “los mandamos que vayan por las aldeas y compren de comer”,
cuando nosotros ya hemos recibido a Jesús, “el pan de vida” para
compartir con ellos.
Jesús
dijo en Juan 6:35 “Yo soy el pan de vida, el que a mi viene, nunca tendrá
hambre, y el que en mi cree, no tendrá sed jamás”
Jesús
no hablaba de pan físico, que se come hoy y mañana tienes hambre de nuevo,
Jesús es el pan de vida eterna, si aún no has tenido un encuentro personal con
Jesús, puedes tener una relación personal con Él. Dios te busca para salvarte
eternamente por su gracia. Recíbelo y podrás tener la certeza de su presencia y la esperanza de la vida eterna junto a Él